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Les doy la bienvenida a mi blog, aqui estan algunos de mis trabajos que he realizado en mi carrera de Mercadotecnia, en la materia de Comportamiento del Consumidor, explícitamente en algunas teorías estudiadas durante el ciclo 01/09.- Estudio en la Universidad Don Bosco de El Salvador, espero que les encuentre interesante algunas de mis entradas.

viernes, 1 de mayo de 2009

Teoría de la Clasificación de los motivos

Los motivos son tan complejos y actúan unos con otros de tal modo que clasificarlos en categorías claras y bien delimitadas es obviamente imposible.

La expresión de un motivo dado no sólo varía de una persona a otra (especialmente a través de grupos culturales), sino que algunos motivos pueden ser expresados por diferente conducta, e inversamente, una conducta similar puede representar la expresión de diferentes motivos.

Podemos separar los motivos de supervivencia que intervienen en el hambre y la sed de necesidades sociales, pero en la sociedad civilizada aún tomar aliento es a menudo tanto un acto social como biológico.

Varios autores han clasificado las necesidades o motivos según diferentes sistemas. La presente discusión se organizará alrededor de la distinción relativamente fundamental entre necesidades fisiológicas y psicológicas.

Necesidades fisiológicas. Algunas necesidades básicas de la conducta humana son inducidas orgánicamente. Estas necesidades son consideradas a veces primarias en el sentido de que no sólo son básicas para el mantenimiento de la vida, sino que, en casos de grave frustración, tienden también a tomar precedencia sobre necesidades no orgánicas como estimación y afecto.

En realidad, puesto que las necesidades fisiológicas tienden a ser satisfechas en un mayor grado que las necesidades psicológicas, por lo menos en nuestra cultura, a menudo ejercen menos influencia en la determinación de la conducta que estas últimas que son, teóricamente menos básicas.

La siguiente es una lista parcial de las muchas necesidades fisiológicas que podrían mencionarse:

La necesidad del alimento, el hambre es una necesidad cuya importancia como causa de conducta en E. U. Está reducida al mínimo actualmente por la fácil disponibilidad del mismo. Es probable que cierto grado de agitación en la escuela y aun malo conducta se relacione con la tensión resultante de cólicos por hambre.

La necesidad de agua, esta puede ser satisfecha fácilmente.

Necesidades psicológicas. Estos son importantes determinantes de la conducta, principalmente porque son incapaces de completa satisfacción. Una persona puede comer hasta el punto en que ya no de otro bocado, pero nunca puede tener todo el amor, la seguridad o el reconocimiento social que desearía.

Nuevamente, el desglose de estas necesidades es esencialmente una cuestión de preferencia personal.

Necesidad de afecto. Todos deseamos vivir en una relación de efecto recíproco con una o más personas. Trata de ampliar su dominio para abarcar algunos amigos íntimos, luego un novio o novia y finalmente un cónyuge y familia propia.

La necesidad de pertenencia. Se agrupan a menudo bajo el encabezado de seguridad emocional, cuya importancia, particularmente en la lactancia es universalmente reconocida.

La necesidad de superación. Está necesidad esta relacionada con el reconocimiento social y estimación propia. Se le conoce como motivo para la superación.

La necesidad de independencia. Es una necesidad básica. Las personas desean regir sus vidas, fijar sus objetivos sin interferencia ni compulsión.

La necesidad de reconocimiento social. Llamada también de posición social o aprobación. Es el deseo evidentemente universal de sentir de lo que somos y lo que hacemos es visto favorable por otros. Este resulta probablemente en gran medida del condicionamiento a través del elogio que sus padres confieren al niño.

La necesidad de estimación propia. Lo que pensamos de nosotros mismos gira alrededor de nuestras normas de lo que es bueno y de lo que es malo. Esta necesidad gira principalmente alrededor de los valores adquiridos durante el proceso de socialización por medio del cual la sociedad perpetúa su forma de vida

La satisfacción que encierra la motivación efectuante se describe como un sentimiento de eficacia, de ser capaz de producir efectos o consecuencias.

El hombre es una criatura con muchas necesidades orgánicas. Algunas, como necesidades de oxígeno, alimento y agua, forman un núcleo de exigencias de cuya satisfacción, continua o periódica, depende de la propia existencia del organismo.

Otras, como la necesidad de actividad sexual, pueden permanecer insatisfechas en forma indefinida, sin crear un problema de supervivencia para el individuo.

La mayor parte de los rasgos más significativos de la motivación humana la representan los componentes adquiridos, es decir, los que provienen del aprendizaje. Esta afirmación es cierta, incluso en aquellas partes del mundo donde la vida humana apenas se cierne por encima del nivel de la desnuda subsistencia y donde la satisfacción del hambre y la sed constituyen un amargo bregar diario.

Se ha argumentado que es básica para la evaluación de las motivaciones su asociación con reacciones efectivas, con las respuestas de placer y dolor. Cuanto menos bien desarrolladas estén las capacidades simbólicas o discriminadoras del organismo, tanto más fácil será provocar reacciones afectivas. Obviamente, es en la infancia y en los primero momentos de la niñez que la persona está más falta de estas capacidades.

De las varias motivaciones de la niñez y de la edad que, por lo menos en parte, se deriva lo simple de la motivación efectuante, de los primero momentos de la vida.

White cita los siguientes ejemplos: la constructividad, la destreza, el conocimiento y la realización.

Podemos definir el motivo de realización como la de la excelencia. Ello implica competir con una norma particular de excelencia de la ejecución. A medida que la motivación por la realización aumenta experimentalmente, se da un cambio positivo en la expresión de la imaginería de la realización.

Los relatos del sujeto llegan a estar más interesados, en forma creciente, con el logro, con la necesidad de realización, con las anticipaciones de éxitos y fracasos, con los actos que conducen a la consecución de un fin y evitar algún fracaso, con los estados afectivos asociados al triunfo y fracaso, con obstáculos que surgen en el camino del éxito, con la ayuda de otras personas en la orientación al logro.

La exclusión de los motivos de la conciencia, puede, en general, ser considerada como un mecanismo que protege a la persona para que no experimente ansiedad.

El hombre indiscutiblemente no tiene como causas motivos sólo sus necesidades fisiológicas.

Los deseos de progreso o ascenso, la situación, el pertenecer a las sociedades, y los salarios más elevados en estos ejemplos son todos ellos motivos sociales, y nadie debe poner en duda que sirvan para dar energía y dirigir nuestra conducta como lo hacen los impulsos del hambre, la sed, o el sexo.

De manera distinta a los impulsos fisiológicos, los motivos sociales no tienen base en le funcionamiento orgánico del cuerpo. Está hoy bien aceptado por los psicólogos que estos motivos son aprendidos y no innatos, y que son adquiridos en el proceso de interacción con otros seres humanos en una cultura determinada.

La idea de que os motivos sociales son adquiridos y no innatos es relativamente nueva en Psicología.

El número y la variedad de los motivos sociales específicos que se manifiestan en la conducta humana son virtualmente infinitos.

Algunos autores han intentado determinar los motivos fisiológicos, buscando motivos que sean básicos, a los cuales puedan atribuirse ciertos motivos específicos. Por ejemplo Thomas (1923), por ejemplo, ha propuesto que todos los motivos sociales pueden ser reducidos a cuatro deseos: seguridad, prestigio, respuesta y nuevas experiencias. Murria (1938), por otra parte, cree que existen 28 motivos sociales fundamentales, tales como adquisición, orden, éxito, autonomía, agresión y afiliación.

Ejemplos de productos sobre esta teoría:



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